viernes, 17 de marzo de 2017

Muñeca sexual con inteligencia artificial

Samantha, la muñeca sexual dotada con inteligencia artificial para tener orgasmos.

Esta realista muñeca sexual es capaz de llegar al orgasmo mediante la inteligencia artificial de la que ha sido dotada.


Las muñecas sexuales son juguetes que empiezan a abrirse camino y generar mercado en España. Sin ir más lejos, hace sólo unas semanas en Barcelona se inauguraba el primer burdel en el que las prostitutas son muñecas, ahora se ha conocido a Samantha, una muñeca sexual dotada con inteligencia artificial capaz de responder al afecto humano e incluso "llegar al orgasmo".

Así lo ha explicado Sergi Santos, un científico catalán experto en nanotecnología y robótica, que ha creado el algoritmo para Samantha, cuya piel es de TPE, luciendo unos hermosos ojos verdes, cabello castaño, de unos 40 kilos y con unas de 90 55 90.

La muñeca incorpora un microprocesador en la cabeza que con el cual interactúa con el usuario y nota cuando este le está tocando. Consta de tres modos de interacción: el familiar, el romántico y el sexual, a través del cual puede llegar al orgasmo si es estimulada.

Mis colegas científicos replican que este proyecto no tiene ningún impacto científico, pero yo pienso todo lo contrario: Samantha es muy fácil de explicar y todo el mundo entiende a la primera para qué sirve. Al fin y al cabo, el objetivo de la tecnología es que se entienda para poder darle una aplicación concreta y así poder venderla", explica Sergi Santos en declaraciones que recoge el diario La Vanguardia.

Sergi Santos lleva mucho tiempo estudiando la industria de las ‘sex dolls’. Además de ser técnico en computación, tiene experiencia en el campo de la ciencia de materiales, lo que le permite aplicar a la ciencia las propiedades físicas macroscópicas de los componentes. Su casa, con la que también habla –se llama Alexa-, le sirve no sólo para experimentar en el campo de la domótica, sino también para conocer y trabajar con todos los tipos de muñecas sexuales del mercado. 

En la planta baja de la vivienda, que hace las veces de taller, hay modelos por todas partes: en el suelo, en colgadores en medio de varias estancias, metidas en sus cajas, suspendidas de percheros en cada uno de los armarios, etc.


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